Los trabajos relacionados con la naturaleza, como cortar un árbol que lleva años creciendo, trabajar la tierra para sembrar y cultivar maíz, merecen un respeto y permiso a la madre tierra.
En cada proceso de elaboración del mezcal se hace un pequeño pedimento y ofrecimiento al lugar para que se obtengan mejores resultados como acto de fe y entrega total.
En Tlahuitoltepec no hay hogar o actividad donde el mezcal falte, es una costumbre arraigada que nos han heredado nuestros abuelos. En cada reunión, convivencia, festejo, en actos de la vida comunitaria siempre se pide o se ofrece mezcal, como una muestra de agradecimiento, respeto, pedimento y celebración.
En las fiestas que realizamos en el pueblo, el mezcal es la principal bebida que ofrecemos a los invitados y a todas las personas, nunca hay distinción.
Se reparte en copitas, una o más de dos veces cuando es algo informal. Cuando se trata de “brindar” siempre se sirven tres veces conforme a la costumbre.